Los mudras son gestos manuales sagrados muy utilizados en la tradición hindú y también por otras religiones ya que constituyen poderosos mensajes iniciados desde las manos hacia nuestro ser físico, mental o espiritual. Estas posturas de las manos al igual que las posturas corporales expresan y generan emociones, potencian nuestra vitalidad, ayudan en las enfermedades y pueden reducir los dolores. 
La palabra mudra proviene del sánscrito, mud, que significa «gozo» y ra, que significa «producir», es decir, los mudras producen en nuestra alma gozo, alegría y unión con el Ser interior y el Universo. Las manos deben de estar relajadas y la presión de los dedos deberá ser muy leve. Se pueden practicar sentados, acostados, de pie o caminando, siempre relajados y libres de tensiones para la libre circulación de la energía.
Los mudras actúan terapéuticamente, simplemente ejerciendo una suave presión con algunos dedos. Estos ejercicios son heredados de los maestros de Yoga a lo largo de los tiempos. Está comprobado que el contacto con la punta de los dedos influye positivamente sobre los fluidos cerebrales, algunos sincronizan los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho, estimulando la memoria y la creatividad.
Cuando meditamos, las manos y los dedos se acomodan de forma inconsciente y si prestamos atención descubriremos mucho de nosotros mismos y buscaremos el equilibrio emocional.
El mudra de la plegaria (atmanjali), es un gesto de orar. Todas las religiones lo incorporan para sus plegarias y de agradecimiento a la ayuda Divina. Es uno de los mudras que se realizan inconscientemente y de los más terapéuticos. Para incrementar sus efectos, junta las manos frente al chakra del corazón (en medio del pecho). Proporciona calma, tranquilidad y paz. Disminuye el exceso de pensamientos y si formulas un deseo, pregunta o agradecimiento y permaneces receptivo, recibirás la ayuda adecuada.
El mudra de la contemplación, ayuda a liberar nuestra mente de todo pensamiento, dejándola vacía, para que pueda dirigirse a conectar con el Ser interior. Facilita y potencia la capacidad receptiva y contemplativa. Apoya el dorso de la mano en el regazo y el dorso de la mano izquierda sobre la palma de la mano derecha. La yema del pulgar izquierdo la colocas sobre la uña del pulgar derecho en línea recta.
El mudra de la sabiduría, purifica la mente, estimulando la memoria, levantando el ánimo y mejorando nuestra capacidad de concentración. Apoya contra la rodilla los dorsos de las manos. La yema del dedo pulgar se junta con la yema del dedo índice, el resto de los dedos extendidos y juntos. OM SHANTI.
El umbral de Hara 